martes, 12 de febrero de 2013

Begoña: "Intento no vivir con sentimiento de morriña, no puedes tener la cabeza en dos lugares"

Nombre: Begoña B.P  
Edad: 28 
Profesión: Gestora cultural y profesora de arte
Nivel de estudios: Diplomada en Conservación y Restauración de Obras de Arte, Master en Peritaje y Tasación de Obras de Arte y Antigüedades, Master en Gestión Cultural.
Lugar de nacimiento: Mollet del Vallés, Barcelona
País de residencia: China

¿Cómo surge la idea de marcharse fuera de España?
Siempre había querido vivir una experiencia en el extranjero y debido a diversas circunstancias nunca había podido materializarlo.  Llegó el día en que todas las piezas encajaban, y me dije: ¿por qué no? ¡Ahora o nunca!
¿Trabajaba en el momento de tomar la decisión de marcharse?
Sí, para una multinacional como autónoma en un sector que no tenía nada que ver con mis estudios. 
¿Le costaba encontrar trabajo “de lo suyo” en España? ¿Eran buenas las condiciones económicas?
Tarea imposible. Trabajé en muchas ocasiones y durante años “por amor al arte” en instituciones culturales, galerías y fundaciones, teniendo que compaginarlo con otros trabajos remunerados  que me permitían pagar piso, facturas y mis gastos. Cuando finalmente encontré un trabajo remunerado en el ámbito cultural las condiciones económicas me permitían tan sólo subsistir. Comenzó la crisis y los primeros recortes siempre van al ámbito de la cultura. Opté por dejar a un lado mi vocación y trabajar en otro sector. 
¿Cómo está siendo la experiencia de vivir y trabajar fuera?
Satisfactoria a la par que dura. Una amiga me recomendó para un puesto comercial y me vine a Shanghai. Esa primera experiencia fue enriquecedora pero al finalizar aposté por encontrar un trabajo relacionado con el arte y la cultura. Finalmente lo conseguí  y ahora trabajo como gestora cultural y profesora de arte para una organización dedicada a la educación de arte para niños. Dicho lo cual, y tras mi experiencia, no recomiendo venir a China a la aventura sin tener una oferta firme de trabajo en una cuidad de veinte millones de habitantes. La competencia es dura y de un tiempo a esta parte se nota como muchos europeos están probando suerte buscando trabajo en ciudades como ésta. Este hecho ha provocado que para las empresas internacionales y ya hasta para las propias chinas seamos en muchos casos “mano de obra barata”. 
En el caso de los españoles, saben que estamos aquí porque en nuestro país las cosas no están bien,  dato decisivo a la hora pactar las condiciones del contrato. De unos años a esta parte China ha dejado de ser la tierra prometida, donde por ser extranjero debías de cobrar un salario alto. Como todo, los primeros que llegaron son los aventajados que vivieron ésa realidad. Además, hay que contar con el factor idioma, en la mayoría de puestos ya no se exige un conocimiento básico de chino, sino alto, y créeme no es un idioma sencillo de aprender, requiere practica diaria sino se olvida con facilidad. 
¿Considera que las condiciones, tanto laborales como sociales, son mejores en su actual lugar de residencia?
Sí y no, Shanghai ofrece un abanico de oportunidades muy amplio, es una cuidad con mucho movimiento de ocio: siempre hay algo para hacer tras salir de trabajar! Pero se trata de una ciudad cara, para empezar los alquileres, comparto piso y estoy pagando lo mismo que cuando vivía en Barcelona. 
Eso significa que los chinos pagan estos mismo precios por sus alquileres? Ni mucho menos, pero en China existe el precio para el chino y el precio para el “lao wài”, que es como nos suelen llamar. Es curioso, ya no te extraña ver en la cola del supermercado como a la china de delante tuyo le han cobrado la mitad por la misma cantidad de naranjas y a ti te las pesan y te salen por el doble… A nivel profesional ofrece oportunidades, pero también debes de estar dispuesto a adaptarte a su manera de trabajar, que en muchos casos es opuesta a la nuestra. La idea preconcebida de que aquí trabajan el doble es totalmente incierta, si algo no se hace hoy, se hará mañana. Así que, en resumen, las condiciones no son ni mejores ni peores, simplemente son diferentes. Vivir en China requiere de una capacidad de adaptación muy grande. 
¿Echa de menos España? Si las cosas estuvieran mejor ¿se plantearía volver?
Por supuesto que extraño. Vivía en Barcelona antes de venir a Shanghai y casi a diario recuerdo el cielo azul, la playa. Pero soy consecuente con mi decisión, vine porque quise, y sé que nadie moverá el mar ni el cielo azul, allí estarán esperándome! No vivo anhelando mi regreso, el día que así sea cogeré de nuevo mi maleta y regresaré, aún no ha llegado ese momento. Intento no vivir con ese sentimiento constante de morriña, no puedes tener la cabeza en dos lugares, gracias a las nuevas tecnologías mantengo contacto casi a diario con mis familiares y amigos de España. Sabes que estás perdiendo muchos momentos a su lado, pero mi propia madre al contarle mi intención de venir a China, me animó a tener la experiencia un par de meses. Una vez pasó ese tiempo, ella misma fue la que me dijo: “No regreses a España hasta dentro de unos años. Aquí la cosa esta cada vez peor”. Volvería aunque teniendo la certeza que voy a trabajar en mi sector y con un sueldo acorde a mi experiencia y formación, sino tengo claro que el mundo es muy grande. 
¿Cuánto de culpa cree que tiene España, sus políticos, gobernantes e instituciones de su marcha?
Desde el primer momento me he tomado esta marcha como una oportunidad de crecer en muchos aspectos: personal, profesional... Así que es posible que deba hasta agradecerlo. Personalmente creo que debe de haber un cambio de mentalidad en general en toda la sociedad, desde los políticos, empresarios, instituciones hasta el ciudadano de a pie. Debemos de acabar con la idea de trabajar en una misma empresa hasta nuestra jubilación. Antes que culpar prefiero encontrar soluciones, es un acción mucho más productiva a la larga, y ahora debemos de mirar al futuro y no anclarnos en lo que se hizo mal, debemos de tenerlo en cuenta para no volverlo a repetir, pero es momento de buscar soluciones no culpables. Así no se avanza. Culpo posiblemente al cuento que nos han vendido y que todos hemos creído, si estudias y te formas tendrás más oportunidades. El hecho de que en nuestro sistema educativo y social no se fomente la iniciativa desde pequeños, nos han hecho crecer con un terrible miedo al fracaso, ante ello lo mejor es no intentarlo… Y no debe ser así, un joven empresario monta un negocio,  si fracasa el resto de la sociedad lo tachara de fracasado, en vez de verlo como un valiente que lo intentó.
¿Considera positiva su experiencia actual?
Muy positiva aunque como todo, hay días en que te preguntes qué estás haciendo aquí. Pero estoy aprendiendo una lengua nueva, el chino, perfeccionando mi inglés. Cuando tengo oportunidad viajo por Asia. He conocido personas que sé que van a continuar en mi vida por mucho tiempo. En muchos momento pienso qué sería de mi vida si me hubiera quedado en España y entonces es cuando me siento completamente feliz y satisfecha de mi decisión. 
¿Se considera emigrante? ¿Cómo lo valora?
Sí, cuando dije a mi abuela que me marchaba a  China, me hizo la siguiente reflexión: “En mi época nos marchábamos del pueblo a la cuidad (ellos vinieron desde un pueblo de Extremadura a Barcelona) hoy en día el mundo es internacional” A ellos no les fue nada mal, ¿por qué a mi no me puede pasar lo mismo? En ciudades cómo Shanghai existen claramente dos tipos de emigrantes, los que hemos venido con una maleta a buscar una oportunidad y las personas que son trasladas por sus empresas a otro país (“expat” = expatriado) dónde aparte de un aumento sustancial de su salario, tienen incluido alojamiento, viajes y en muchos casos hasta chófer. Así que entre un mismo grupo de amigos existen diferencias por lo menos en materia económica sustanciales. Aunque a cualquier nos gustaría ser un “expat” está claro que valoro mi experiencia como mucho más real, mucho más auténtica: buscar alojamiento, tramitar papeleos, hacer la compra… todo ello en China supone una pequeña aventura diaria y salir de tu casa cada día sin saber qué va a pasarte, ¡es realmente apasionante!
¿Vive con cierta frustración la actual situación? ¿Impotencia de luchar contra gigantes inalcanzables?
Vivía esa frustración durante los años en que trabajé de algo que no era mi sector y vivía en España. Tenia mucha rabia por haberme esforzado tanto en formarme y no poder ejercerlo y ver cómo los años pasaban y la situación no iba a mejorar sino todo lo contrario. Además, en muchos momento pensaba que si encontraba un trabajo en el sector de la cultura el salario que me iban a ofrecer posiblemente tan sólo me ayudaría a subsistir. Esa frustración a nivel personal ha desaparecido, ahora la siento de forma colectiva, por mis amigos que hace dos años que están en paro, por mis primos pequeños que están  acabando el instituto y no piensan en qué les gustaría estudiar, sino qué carreras tienen más salida profesional…. Frustración al saber de parejas de amigos que quieren ser padres y no dan el paso por el hecho de pensar: ¿cómo lo voy a mantener? 
Aunque a la par soy también crítica y ante esa impotencia pienso que deben de buscarse soluciones, a veces no globales, pero sí personales, a estos amigos que hacen varios años que están en paro les animo a buscar algo fuera de las fronteras por un tiempo; es cuando me contestan: “es que no quiero marcharme de España, aquí se vive muy bien…” “Vives en casa de tus padres, no tienes trabajo…”, les digo yo. Con estas cosas es cuando comprendes por qué hemos llegado a lo que hemos llegado. Te marches por el tiempo que te marches, tu calle, tu pueblo, tu gente… todo continuará estando a tu regreso. Tengo presente que me encuentro a 19 horas de avión de distancia, si algo pasará en menos de un día estoy en España. 
¿Es usted una indignada?
Sí,  me indigna leer cada día la prensa y ver cómo esta bola cada vez es más grande. Hablar con mis familiares y amigos y que corroboren que cada vez la situación está más complicada y parece que no tiene fin. 
¿Hubiese pensado verse en esta situación hace unos años?
Ni mucho menos, decidí venir a China ya que durante mi Master una de las asignaturas que más me apasionaba era Arte Oriental.  La diferencia cultural iba a ser tan chocante que eso mismo me llevó a comenzar esta aventura. Nunca me hubiera imaginado viviendo en una cuidad de 20 millones de habitantes. Si me lo dicen hace un año y medio, creería que se trataba de una broma. Es una etapa más en mi vida, eso sí, tras vivir en una cuidad cómo Shanghai y recordar mi llegada hasta el día de hoy, me veo capaz de adaptarme a vivir a cualquier otro lugar del mundo!
Cuénteme un sueño recurrente que tenga con la posibilidad de volver a España
Intento no anclarme a esa idea de la tierra prometida. Estoy aquí y ahora. Aunque siempre llevo conmigo una fotografía de mi playa favorita en la Costa Brava. 
Por último, ¿qué mensaje le gustaría dirigir a la clase política española?
Desde que vivo fuera me he emocionado en muchas ocasiones al escuchar hablar sobre España a personas que no son españolas, al salir fuera te das cuenta cómo nos ven el resto del mundo, es impresionante:  ¡Lo tenemos todo! Y estamos acabando con ello, así que basta de cortinas de humo, de centrar los debates en cuestiones que no son prioritarias ahora: CÉNTRENSE señores políticos, si tienen que dimitir, dimitan, si tienen que ir a la cárcel vayan (sean consecuentes con sus actos), pero por favor ¡¡ACCIÓN!!

1 comentario:

  1. Begoña, me ha encantado tu entrevista, y me alegro muchisimo que estes bien, estoy segura que has crecido muchisimo como persona y en el ambito profesional.
    Ole tu!!!
    Un besazo enorme.

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